31 agosto 2007

Renuncia polémica ministra de Defensa en el Ecuador


QUITO (AFP). La ministra ecuatoriana de Defensa, Lorena Escudero, renunció al cargo ayer jueves tras una corta pero polémica gestión en la que planteó el voto de militares, prohibió la expulsión de los homosexuales de las filas y desinfló la denuncia sobre una conspiración contra el Gobierno.

Escudero –la segunda mujer en ocupar la cartera de Defensa en la historia ecuatoriana– dejó sus funciones sin precisar los motivos, pero anunció que continuará vinculada al equipo del mandatario Rafael Correa.

“He presentado mi renuncia al cargo de ministra de Defensa y he resuelto aceptar otro desafío dentro del Gobierno nacional, que será dado a conocer por el presidente de la República en su momento oportuno”, declaró Escudero.

La ex funcionaria, de 40 años y docente de profesión, estuvo casi siete meses al frente de las Fuerzas Militares tras reemplazar a la socialista Guadalupe Larriva, quien murió en un choque aéreo junto con su hija y cinco oficiales el 24 de enero.

Su dimisión se enmarcó en rumores de prensa sobre una supuesta inconformidad del alto mando con su gestión.

La ex ministra debió sortear al mismo tiempo las críticas de los socialistas por la investigación y sanciones impuestas tras la muerte de Larriva durante la colisión de dos helicópteros artillados.

El domingo, en una entrevista televisiva, Correa se quejó de las leves penas impuestas por la justicia militar a los uniformados implicados en el accidente, que según un informe internacional se produjo por “una distracción y el estrés de los pilotos”.

Escudero siempre estuvo generando o enfrentando debates como cuando propuso que la futura Constitución incorporara el voto de militares y eliminara la conscripción obligatoria.

Uno de esos temas espinosos fue sin duda una reforma al reglamento militar para impedir la expulsión de homosexuales de las Fuerzas Armadas.

A mediados de este mes se presentó ante el Congreso para aclarar unos supuestos planes para asesinar a Correa, quien habló de un intento de adquirir un cohete en medio de otras versiones sobre una reunión en la que se habría planeado desestabilizar al gobierno.

Escudero aseguró que la alarma surgió tras un “pasquín que llegó al fax de la Presidencia con una amenaza contra Correa”, y descartó una “real amenaza a su seguridad”. La oposición tildó el hecho como una “tomadura de pelo”, mientras el jefe de Estado culpó a la prensa de haber exagerado una declaración suya admitiendo que sentía miedo por su vida.

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