16 julio 2005

ENFERMOS DE SIDA DEBEN TENER EL MISMO ACCESO A TRANSPLANTES QUE EL RESTO


Lourdes Chamorro
Secretaría Plan Nacional Sobre el Sida

Los enfermos con sida que necesiten ser sometidos a un trasplante de órgano sólido deben tener el mismo acceso a este tratamiento que las personas no infectadas por el VIH, según ha señalado hoy Lourdes Chamorro, secretaria del Plan Nacional sobre el Sida.

Chamorro ha asistido en Barcelona a la presentación de un documento de consenso, coordinado desde el Hospital Clínico de la capital catalana, que aboga por normalizar el acceso de los pacientes infectados por el VIH a los trasplantes de órganos, porque se ha visto que su supervivencia y su respuesta a los inmunosupresores para evitar el rechazo es igual que en pacientes no infectados.

Al presentar el documento, la secretaria del Plan Nacional ha explicado que actualmente en España hay unos 640 personas con sida que son tributarias de un trasplante de hígado, y que el 60% de las personas con sida están además infectados por el virus de la hepatitis C.

Chamorro ha recordado que esto se debe a que al principio de la epidemia del sida el contagio mayoritaria se produjo por el intercambio de jeringuillas, una situación que ha cambiado en los últimos cuatro años, en los que se ha visto que la principal vía de transmisión es la sexual.

La secretaria del Plan Nacional sobre el Sida ha cifrado en 120.000 o 150.000 el número de personas seropositivas en España, aunque se estima que el 25 pro ciento de ellas están sin diagnóstico.

También se ha explicado que los índices de mortalidad en listas de espera para este colectivo de pacientes con VIH ha llegado a ser hasta del 60% en el hospital Clínico, mientras que entre los no infectados ha sido del 10%, según los datos de la Organización Nacional de Trasplantes.

Josep María Miró, coordinador de este documento de consenso, que regula cómo seleccionar a los pacientes con VIH para que sean incluidos en una lista de espera, ha explicado que uno de los requisitos que deben cumplirse es tener una carga viral indetectable, o que con tratamiento se pueda reducir la replicación del virus.

Además, en el caso de los usuarios de drogas deben haber estado un mínimo de dos años sin ellas y en el caso del alcohol llevar al menos seis meses sin beber alcohol, y tener un índice de defensas determinado.

Miró ha asegurado que la experiencia acumulada con los cuarenta trasplantes de hígado y cinco renales que se han hecho en España desde que en el año 2002 se hiciera el primer trasplante con un receptor infectado por VIH en el hospital de Bellvitge de Barcelona, demuestra que la supervivencia a corto y medio plazo es igual que los no infectados, y que el VIH se puede controlar después con los tratamientos antirretrovirales.

También se ha visto que no hay más riesgo de infecciones oportunistas ni de tumores respecto a los otros y que los protocolos de profilaxis que deben seguirse son los mismos en ambos casos.

Según ha explicado Chamorro, en los trasplantes debidos a una cirrosis por el virus de la hepatitis C, la recidiva a la infección es universal después del trasplante y hasta ahora se desconoce si la evolución de esta reinfección será peor que el pacientes no infectados con VIH.

Información extraida de: Terra

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