09 febrero 2006

LOS GAUCHOS GAY



En un rincón de un rancho rosado con una X como plateada pintada en su fachada, un chico y una travesti bailan en la oscuridad, se miran, se olfatean, se rozan. Son las tres y media de la madrugada del domingo y en las afueras de un pueblo en plena pampa húmeda, un boliche gay se reserva el derecho de admisión: siglos de represión sexual, discriminación, crueldad e ignorancia se quedaron afuera.

Durante la semana, la travesti cumple el rol de padre, ex marido y docente en pilar. El otro es peón de campo y el menor de 6 hijos de un conservador paisano en 9 de julio. Hace un mes están de novios pero el único escenario permitido para este romance es Zona X, el mítico rancho gay de suipacha, en el Km. 128 de la ruta 5.

El estreno mundial de secreto en la montaña puso en el centro de la escena una temática nunca antes abordada en la argentina: la homosexualidad en ámbitos rurales. La posibilidad de que el gaucho, la figura que encarna el ser nacional, sea gay es una cuestión tan tabú que no ha dejado registros en la literatura, el cine o el saber popular.

Según Osvaldo Bazán en historias de la homosexualidad en la argentina, la inexistencia de documentos históricos es una prueba más de que en el pasado la represión era tan brutal que sus protagonistas estaban obligados a borrar cualquier rastro de sus actos "primero se persiguió cualquier signo con tortura y muerte de carácter ejemplar. Siglos después, al no encontrar huellas se concluye que no existieron", escribió Bazán.

La invisibilidad es la cruz con la que debe cargar el homosexual de pueblo chico. Carlos Figari, sociólogo del Conicet dijo: "aunque en el interior los gays existen no pueden ser visibilizados porque no tienen voz propia para reclamar sus derechos. Tampoco, una vivencia o experiencia común de identificación. Tienen sexo entre hombres sin saberlo. Terminan un partido de fútbol y cogen, pero jamás hablan del tema ni se consideran así mismos gays".

Si bien la película de Ang Lee se desarrolla en el oeste norteamericano, bien podría contar la historia de dos chicos de cualquier pueblo rural del interior de la argentina.

Suipacha, ciudad sensible. Así anuncia el arco que cruza la entrada principal de 125 Km. al oeste de Bs.As.

Subirse a un auto con amigos y llegar a suipacha a la madrugada es una excursión bizarra que se puso de moda para el gay porteño y glamoroso.

El rancho rosado al costado de la ruta es fácil de distinguir. Los camiones que se detienen en la madrugada no solo buscan cargar combustibles.

Gustavo, uno de los fundadores de esta disco que ya lleva 8 años de historia cuenta que cada año representa a su ciudad en el desfile de la semana de la tradición de San Antonio de Areco, el evento gauchesco más importante.

Lujan, la ciudad de la virgen, de los peregrinos y las santerías, también tuvo su local bailable gay friendly, pero fue clausurado.

Si existe una fiesta de la vendimia, corzos, carnavales, y milongas gays ¿Por qué no han surgido peñas folklóricas bajo el mismo signo? Según Cesar Cigliutti, presidente de la CHA dice que no hay registro de festejo popular rural de esta índole en nuestro país.

Annie Proulx, la autora de Secreto en la Montaña, se animó a preguntarse que tan difícil era ser gay en las comunidades rurales. Aquí en el Bs. As rural un joven indica que "es muy difícil, la familia jamás lo aceptaría".

Suicidas y simuladores. No son muchas las opciones que tiene un joven homosexual de un pueblo del interior "la migración a la ciudad es uno de los fenómenos mas usuales" explico el sociólogo Mario Pecheni. Se van para estudiar, para trabajar y también para escapar de una sociedad opresiva. En la mayoría de las provincias se mantienen vigentes los códigos de faltas y contravenciones dictados por gobiernos militares que asocian homosexualidad con delito. "ser gay, lesbiana, travesti es una contravención por la que se puede ir preso hasta por dos meses", explico Bruno Bimbi, periodista de SentidoG.com.

Para los que se quedan, la cosa puede ponerse áspera. "en Catamarca, el suicidio adolescente es mayor que la media nacional. Muchos lo explican por la falta de contención institucional. Pero lo que faltan son ámbitos alternativos", explico Carlos Figari. Los boliches gay como Zona X, son una excepcion fuera de los grandes centros urbanos.

En las comunidades pequeñas, la mayoría de los homosexuales desarrollan estrategias de supervivencias. Algunos se casan, otros estacionan su auto a cuadras de la casa de su amante, para que ningún vecino registre el encuentro y algunos recurren a las relaciones virtuales por Internet. "pero son invisibles. Esta el maricón del pueblo, el peluquero, el modisto". Pero jamás aceptarían a un profesional gay. Los asesinatos y ataques macabros a homosexuales son mas frecuentes de lo que trasciende en la prensa nacional, contó Figari.

Tal vez secreto en la montaña nunca se estrene en el cine del pueblo. Pero estos gauchos, peone y niños bien mantendrán guardado el secreto de la pampa.

Información extraida de: Sentido G

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