07 marzo 2007

EL PAPA CAMBIA A UN HOMBRE CLAVE DE LA IGLESIA ITALIANA

UN CARDENAL INFLUYENTE EN LA POLITICA DE ITALIA

Es el presidente de la Conferencia Episcopal italiana, el cardenal Camillo Ruini.

Es el fin de una era. Tras 16 años como presidente de la Conferencia Episcopal italiana, el cardenal Camillo Ruini, 76, será probablemente sustituido mañana en el cargo por el arzobispo de Génova, Angelo Bagnasco. Ruini formó con el ya retirado cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado o "primer ministro" del Papa, el dúo más influyente de la Iglesia en las maniobras que concluyeron con la elección como Pontífice del cardenal alemán Joseph Ratzinger hace dos años.

El cardenal Ruini, a quién los que no lo quieren llaman en castellano "Ruina", ha conducido con el puño de hierro envuelto en un guante de terciopelo la más estratégica Conferencia Episcopal de la Iglesia, que es también la más numerosa junto con las de Brasil y Estados Unidos. El purpurado mantendrá hasta que lo decida el Papa su cargo de vicario del Pontífice en la diócesis de Roma.

Ruini era ya secretario de la Conferencia Episcopal, cargo que ejercitó durante cinco años, cuando el fallecido Juan Pablo II decidió intervenir el organismo para domar las tendencias progresistas y sobre todo de una mayoría de obispos que se inspiraban en la guía de Pablo VI.

En 1991, Juan Pablo II nombró a Ruini su vicario en Roma y lo colocó al frente de la Conferencia Episcopal de 350 obispos. El cardenal Ruini acumuló desde entonces un poder formidable. Lanzó una operación cultural de presencia de los católicos en la sociedad, en sintonía con el Papa Wojtyla y su brazo derecho doctrinario, el cardenal Joseph Ratzinger. Esta perspectiva conservadora fue desarrollada con un notable intervencionismo en la vida política por parte del cardenal Ruini. En los últimos tiempos, el purpurado viene dirigiendo la guerra contra el proyecto de ley de los DICO (Derechos y Deberes de los Conviventes) promovido por Romano Prodi, que se ha convertido en un gran debate en el escenario italiano.

La estrategia de Ruini es la de "tolerancia cero" con el proyecto para legalizar a las parejas de hecho, hetero y homosexuales. Ayer, el Vaticano recordó que la obligación de los católicos italianos es no permitir que sea aprobada la ley de los DICOS.

Según los observadores, el cambio auspiciado por el Papa significa que parte del poder de los delicados temas políticos italianos pasan ahora al nuevo secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, en estrecha sintonía con Benedicto XVI. Bertone era el arzobispo de Génova y su sucesor en esa arquidiócesis, monseñor Angelo Bagnasco, es al parecer el designado por el Papa para reemplazar al cardenal Ruini.

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