17 marzo 2007

UNICEF DENUNCIA QUE LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL INFANTIL MUEVE 12.000 MILLONES DE DÓLARES CADA AÑO EN EL MUNDO



La explotación sexual comercial de los niños mueve 12.000 millones de dólares anuales en el mundo (más de 9.000 millones de euros), según apuntó hoy el responsable del Área de Derechos para la Infancia de Unicef España, Gabriel González Bueno, que participa como ponente en la I Conferencia Internacional sobre Turismo y Explotación Sexual Comercial Infantil (ESCI) organizada por Intervida.

En la conferencia, que se celebra hoy en Madrid, se debate sobre esta realidad que se articula en estructuras "casi empresariales" y transnacionales para explotar a "1,8 millones de niños en todo el mundo cada año".

El acto fue inaugurado por el director general de Fundación Intervida, Joan Manuel Costa, y la directora general adjunta de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), Ndioro Ndiaye, que incidió en que la ESCI "es una violación flagrante de los derechos de los niños, que no sólo ataca a su integridad como personas sino que también ataca directamente a su calidad de vida porque un niño que es abusado sufrirá trastornos psicosociales y problemas para manifestar afectividad, algo que en un adolescente, puede desembocar en el suicidio".

Por eso, explicó es "tan importante" que las esferas "pública y privada se unan" para luchar contra esta lacra, que, según apuntó Costa, "es la única actividad de explotación infantil que incrementa sus indicadores año tras año".

En este sentido, para la representante de la OIM existen varias causas que motivan este crecimiento y, entre ellas, destacan "la movilidad internacional, que ahora es global porque cada vez más gente puede viajar, y las nuevas tecnologías, que facilitan el acceso a la pornografía" y a las actividades relacionadas con la pedofilia.

Asimismo, explicó que la situación de los países del Sur, "donde muchos niños están integrados en estrategias familiares" por las que se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias, motiva también el incremento del negocio del sexo con la infancia.

En este sentido, apuntó que "los niños que trabajan en las calles y las playas" en labores como la venta de fruta o artesanía, "son proclives a acabar trabajando en el mercado sexual, muchas veces, sin el conocimiento de los padres, que no preguntan de dónde sale el dinero que les llevan los niños el lunes por la mañana".

En "otros casos, los padres vendieron el niño a las mafias" o lo "enviaron a trabajar en servicio doméstico en las ciudades", donde muchas niñas sufren abusos, escapan de ellos y acaban en las calles, desde donde luego, son captadas por las redes de tráfico de menores o se dan a la prostitución para subsistir.

GENERAR EMPLEO SUFICIENTE

La Organización Internacional del Trabajo manifestó su preocupación en este sentido. Su técnico especialista de la unidad de grupos vulnerables, María José Chamorro, declaró que está constatado que "el trabajo infantil expone a los críos a una explotación aún peor porque, cuando los niños trabajan entran en un altísimo riesgo de caer en las redes de los explotadores sexuales".

Para prevenirlo, apostó por la generación de empleos suficientes y la aplicación de "políticas que lleven los servicios básicos a toda la población", pero, sobre todo, por poner en marcha las herramientas necesarias para concienciar a las sociedades de la necesidad de denunciar porque, según un estudio de la OIT en Centroamérica, "la gente conoce a quien lo hace y sabe dónde, pero no lo denuncia".

Respecto a las causas de fondo que impulsan este fenómeno, Ndiaye apuntó en su exposición "la pobreza, el analfabetismo y la falta de apoyos" sociales y familiares, algo que se agudiza en el caso de las mujeres, porque la ESCI implica también una discriminación de género, ya que las niñas sufren el grueso de este tipo de abusos. Sin embargo, puntualizó, "existe un problema añadido en el caso de los niños y es que el varón tiene más dificultades para denunciar el abuso dada la condición generalmente homosexual del mismo".

Por su parte, el director general de Fundación Intervida incidió en que "la situación se vuelve especialmente complicada para los niños en entornos corruptos", lo que suele ser la tónica "en países con una larga tradición de violación de los Derechos Humanos", que son, precisamente, los que ahora empiezan a recibir un mayor volumen de turismo "como el este de Asia, África o Centroamérica", y donde se localiza el grueso de los casos de explotación sexual infantil con fines comerciales.

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