07 marzo 2007

LOS OBISPOS NO QUIEREN QUE LA ESCUELA ABORDE LA HOMOFOBIA



Los prelados temen que en Educación para la Ciudadanía se haga proselitismo gay

La cúpula del episcopado acaba de desenterrar el hacha de guerra contra las nuevas asignaturas de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos y Educación Etico-Cívica, que se impartirán en un curso de primaria y dos de ESO. La comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española aprobó el jueves un texto que anima a familias y colegios católicos a invocar la objeción de conciencia contra ambas materias. La sorprendente cruzada se dirije contra unos contenidos que rechazan la homofobia, la desigualdad de la mujer y la degradación del medio ambiente y preconizan la bondad del pago de impuestos.

Entre los motivos concretos que los 23 prelados invocan para fundamentar la radical oposición citan, casi en exclusiva, la inclusión en el programa de enseñanzas mínimas del "nuevo concepto de homofobia". Para ellos, bajo esa acepción "se esconde una visión de la constitución de la persona más ligada a las orientaciones sexuales que al sexo", en la que "la identidad como varón o mujer es suplantada por el género".


EL PELIGRO Los obispos dan entender que la tentación de hacer proselitismo de la homosexualidad acecha a la vuelta de la esquina. Pero el temario dice otra cosa. En él se defiende la necesidad de fomentar la "valoración crítica de la división social y sexual del trabajo y de los prejuicios sociales racistas, xenófobos, antisemitas, sexistas y homófobos".

El secretario general de Educación, Alejandro Tiana, reafirmó ayer, en una conversación con este diario, el sentido de la referencia a la homofobia o aversión a los gays. "No entramos a hacer una valoración moral. Cada uno puede pensar lo que quiera sobre la homosexualidad. Lo que queremos es que los escolares aprendan a no discriminar a los homosexuales".

Pero Educación para la Ciudadanía, que se introducirá en un curso al final de la primaria (10-11 años) y en segundo o tercero de ESO (13-14 años), y Educación Etico-Cívica, a impartir en cuarto (15 años), cuentan con una apretada programación. En los decretos aprobados por el Ministerio de Educación se insiste en cuestiones como "entrenar al alumno en el diálogo y el debate" y "convertir las aulas se secundaria en modelos de convivencia, en los que se respeten las normas, se fomente la participación en la toma de decisiones, se permita el ejercicio de los derechos y se asuman los deberes".

El aprender a "evaluar críticamente las informaciones presentadas por los medios de comunicación", "las relaciones intergeneracionales, la familia en el marco de la Constitución y el cuidado de las personas dependientes" forman igualmente parte del temario. Como "el aprecio y cuidado de los bienes comunes y servicios públicos", la "influencia de la publicidad en los modelos y hábitos sociales" y "las causas y consecuencias de los accidentes de circulación". Los obispos, sin embargo, solo ven "contenidos que son perjudiciales para el desarrollo integral de la persona".

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