EL TRIBUNAL SUPREMO DE FRANCIA PROHÍBE A LAS PAREJAS HOMOSEXUALES LA ADOPCIÓN DE NIÑOS

La Justicia gala fundamenta la sentencia en el "interés superior" del menor

El Tribunal Supremo de Francia se pronunció ayer contra la posibilidad de la adopción de menores en el seno de las parejas de homosexuales, en contra del criterio de otras instancias judiciales del país.

El alto tribunal francés hizo pública una sentencia por la que niega a la compañera de la madre biológica de un niño la posibilidad de adoptarlo y justifica su rechazo en que esa acción es contraria al "interés superior" del menor. Asimismo, el Tribunal considera que tampoco es posible que la madre delegue o comparta la patria potestad con su compañera y exige que para que esa practica sea legal la pareja ha de estar casada.

De hecho, el matrimonio entre homosexuales no está previsto en la legislación francesa, que en el caso de ese tipo de personas sólo prevé el llamado "Pacto Civil de Solidaridad" (PACS), que fija sólo algunos derechos entre las parejas del mismo sexo.

La decisión de ayer del Supremo llega después de que desde hace tiempo varios juzgados de instancias inferiores hayan emitido sentencias contradictorias sobre la legalidad de conceder el derecho de adopción a los compañeros o compañeras sentimentales de padres o madres de hijos biológicos.

Apelación
Varios tribunales habían acogido favorablemente, en primera instancia o en apelación, esas dos opciones, utilizadas por parejas homosexuales para afirmar los derechos parentales de ambos miembros de la pareja sobre los niños.

La abogada de una de la parejas afectadas, Caroline Mecary, abogó por una rápida modificación de la ley y aseguró que en Francia, unos 100.000 niños "criados por padres del mismo sexo no se benefician de la misma protección" que los hijos de parejas heterosexuales.

Asociaciones francesas de homosexuales han apoyado jurídicamente a parejas que querían practicar la adopción o compartir la patria potestad, por lo que ayer manifestaron su total disconformidad con una medida que, en su opinión, profundiza en la tradicional marginación con que la ley ha tratado a los homosexuales. Lo cierto es que la sentencia reabre una polémica que afecta también a otros países europeos, como España.