15 febrero 2007

SNICKERS, OBLIGADO A RETIRAR UNA CAMPAÑA POR HOMOFOBICA



El evento deportivo más importante de EEUU ha vuelto a ser escenario de la censura. Si en 2004 el escándalo vino de la mano de la cantante Janet Jackson y su "pezongate" -provocando que el partido se emitiese con retardo en siguientes ediciones-; esta vez la polémica ha sido publicitaria.



La marca de golosinas Snickers eligió este acontecimiento para presentar su nueva campaña. El anuncio mostraba a dos mecánicos reparando un coche. En mitad del trabajo, uno de ellos comienza a comerse una barrita de caramelo y el otro, incapaz de resistirse, la muerde por el otro extremo con el resultado final de que sus labios se juntan y terminan besándose.

"Creo que nos hemos besado por accidente", grita uno, a lo que el otro contesta "¡Rápido, haz algo que sea de hombres!". Acto seguido el primer mecánico se arranca los pelos del pecho con violencia. Su amigo le imita y ambos terminan gritando como locos.

El spot ha provocado una gran polémica. Si el pecho de Jackson causó una ola de protestas en todo EEUU con más de 500.000 quejas formales contra la "indecencia", ahora han sido las organizaciones de homosexuales las que han puesto el grito en el cielo.

La Gay and Lesbian Alliance Against Defamation y la Human Rights Campaign han tildado el anuncio de homófobo e incluso llegaron a amenazar con boicotear a la marca, lo que ha provocado que Masterfoods, propietaria de Snickers, haya cedido a la presión y haya terminado por prohibir el anuncio.

La Superbowl, la final de la Liga estadounidense de Fútbol Americano (NFL), congregó el pasado 4 de febrero a 93.2 millones de espectadores. Es el evento televisivo que más caros vende los espacios publicitarios: a dos millones de dólares los 30 segundos.

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