HOMOFOBIA, TODAVÍA PREDOMINA ENTRE LOS BRASILEÑOS

La homofobia todavía es una práctica que predomina entre los brasileros. Incluso ante la expectativa de aprobación de la ley que convierte a la homofobia en delito, el 56% de los entrevistados por una investigación del IBOPE afirman que cambiarían su conducta en relación con un colega de trabajo que revelase ser gay y el 20% pasarían a evitarlo, el 36% dejarían de contratar a un homosexual para un cargo en su empresa aunque él fuese el candidato de mejor calificación y el 45% cambiaría de médico si terminaran sabiendo que es gay.

Ante esta realidad, la diputada Iara Bernardes, del PT de San Pablo, sometió a la aprobación de la Cámara el Projeto de Ley 5.003, de 2001, que criminaliza la homofobia, sea ella practicada por un ciudadano o por representantes de un órgano o empresa. El proyecto está listo para ir al Plenario, esperando sólo su turno de ser votado. En el caso de que sea aprobado, el delito de homofobia pasará a equivaler, en la legislación brasilera, al delito de racismo.

De acuerdo con el Grupo Gay de Bahía (GGB), en los últimos 25 años, se contabilizaron 2,6 mil asesinatos de gays, lesbianas y travestis en Brasil, contabilizándose más de 100 casos de este tipo por año. Fueron 169 muertes en 2004 contra 125 registradas en 2003.

En la última Parada del Orgullo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transgéneros (GLBT), en Río de Janeiro, los manifestantes defendieron la aprobación del proyecto de ley contra la homofobia y el que prevé el reconocimiento de la unión civil de homosexuales, de la ex-diputada Marta Suplicy.

El proyecto de Iara Bernardes prevé, por ejemplo, reclusión de dos a cinco años al empleador que despida o deje cesante al empleado por su orientación sexual. Otro delito previsto es impedir, recusar o prohibir la entrada o permanencia de homosexuales en cualquier ambiente o establecimiento público o privado, abierto al público. En este caso, la pena prevista es de reclusión de uno a tres años.

Fuente: Adital