14 noviembre 2006

EEUU. CUANDO LOS CHICOS SON GAYS



Muchas familias latinas en Estados Unidos enfrentan un dilema cuando la orientación sexual de sus hijos es diferente

Cuando Migdalia Santiago, catequista y originaria de Puerto Rico, se enteró de que su única hija mujer era lesbiana, casi se volvió loca. La falta de conocimiento del tema la llevó al grado de llevarla con un grupo de oración "para sacarle los demonios del cuerpo".

Por su parte, Cipriana Hernández, nacida en El Salvador, pero criada en Estados Unidos, estuvo a punto de suicidarse a los 15 años porque pensó que estaba defraudando a sus padres debido a que se sentía atraída hacia las niñas. No sabía cómo enfrentar la situación, porque sus padres esperaban lo mejor de ella y, el día que los enfrentó, le reprocharon como si hubiera sido una decisión personal que se toma de la noche a la mañana.

En Estados Unidos, la comunidad latina inmigrante continúa creciendo y, con ella, el número de familias que cada vez se enfrentan al dilema de tener un hijo o hija con diferente orientación sexual, pero sin ningún tipo de información al respecto y, lo que es peor, con ideas erróneas y estereotipos negativos sobre lo que es una persona lesbiana, gay, bisexual o transgénero (LGBT).

Mientras los padres inmigrantes de Latinoamérica vienen de una cultura más conservadora, machista y llena de tabúes respecto a los temas sexuales, los jóvenes en Estados Unidos empiezan a crecer con otro idioma y en una cultura más liberal, avanzada y donde las clases de educación sexual comienzan desde el sexto grado, o sea, cuando los niños tienen unos 11 años.

Además, las comunidades LGBT cada vez son más notables en Estados Unidos, por lo que pertenecer a un grupo de esa categoría ya no es noticia dentro de la sociedad. Sin embargo, dentro de muchos hogares latinos todavía es tabú hablar de esos temas y, muy a menudo, cuando la gente se refiere a ellos, lo hace de manera burlona o despectiva.

"El ser homosexual en varios países de Latinoamérica es una carga muy fuerte al prestigio y honor de los padres; además, los inmigrantes hispanos vivimos en torno a la familia, somos más afectivos y nos cuesta mucho trabajo desprendernos de nuestras creencias, lo que dificulta enfrentar la realidad de ser gay o lesbiana con nuestros padres", expresó el psicólogo Martín Álvarez.

El experto agregó que tanto en México como en Centroamérica, el Caribe, Ecuador y Perú, el nivel de machismo es muy fuerte, así como el rechazo a la homosexualidad.

Álvarez puntualizó que en EU, a pesar de que hay más acceso a la información, no necesariamente la sociedad es más tolerante hacia la comunidad gay, sobre todo si se compara con países como España, Canadá, Argentina e Inglaterra, que ya aceptan el matrimonio civil entre personas del mismo sexo. Aquí, sólo los estados de Hawaii, Vermont, Massachusetts y New Jersey lo han aceptado.

El psicólogo dice que la ignorancia es uno de los principales enemigos de la homosexualidad a la que, a través de la historia, se le ha considerado como algo demoniaco. En algunas zonas, particularmente en las rurales, hablar de homosexualidad o lesbianismo es incluso un tema peligroso. Tanto en Latinoamérica como en EU a menudo se registran delitos de intolerancia contra esa comunidad.

A pesar de todo, los jóvenes en Estados Unidos se encuentran con un mundo en el que, aunque todavía hay cierta represión y discriminación contra la comunidad LGBT, es más fácil encontrar modelos positivos, comunidades completas y totalmente realizadas a todos los niveles, desde políticos, artistas y profesionales en todas las áreas.

"Los medios de comunicación y el acceso a la información están permitiendo que la gente joven esté mejor informada y ahora no tenga que vivir una vida oculta por mucho tiempo, asumiendo la responsabilidad de ?salir del closet? desde la adolescencia", expresó el psicólogo.

Aunque no hay cifras exactas, se estima que un 10% de la población en todo el mundo tiene alguna manifestación de orientación diferentes a la heterosexual. Lo mismo pasa con los latinos en Estados Unidos, quienes ya suman 45 de los 300 millones de habitantes en el país.

Un estudio realizado el año pasado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) encontró que en California una de cada cuatro parejas del mismo sexo es latina, lo que significa que cerca de 90 mil personas, o 45 mil parejas del mismo sexo llevan un apellido hispano.

Andrés Duque, uno de los activistas más activos de la comunidad gay y quien muy pronto estará anunciando la única organización de ayuda a nivel nacional para este grupo, ve con buenos ojos el futuro para ellos:

"El movimiento gay latino está vibrante. Yo he trabajado por 10 años en esto y al inicio era totalmente diferente. Hoy la comunidad gay no se puede ocultar o ignorar, somos una realidad visible que se espera siga creciendo en la medida que la comunidad latina avance", expresó Duque.

Por lo pronto, Migdalia Santiago se ha convertido en la mejor amiga de su hija y ha aprendido a aceptar que hay otras formas de felicidad, no necesariamente como la que a ella le enseñaron en su natal Puerto Rico.

"Creo que cuando empecé a conocer y a platicar con los jóvenes gays aprendí que hay muchas otras formas de felicidad, diferentes a las que yo aprendí".

Por el otro lado, Cipriana Hernández, a un paso de obtener su maestría, se tuvo que ir de su casa porque sus padres no la entienden. Pero conforme pasa el tiempo, se lleva mejor con su mamá. "Si a mí me tomó muchos años aceptarme, creo que a ellos les tomará el mismo tiempo o más para aceptar a su hija, pero los respeto y los entiendo porque sé que en el fondo ellos desean lo mejor para mí".

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