15 julio 2006

EL PAPA ADVIRTIÓ A ZAPATERO DE QUE EL MATRIMONIO GAY VA CONTRA EL DERECHO NATURAL



«Problemas no nos faltan», dijo Benedicto XVI al Presidente y a la vicepresidenta del Gobierno español

Ciudad del Vaticano / Madrid
«Problemas no faltan y esperamos encontrar la solución», dijo el Papa Benedicto XVI en Valencia al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, refiriéndose a las relaciones entre la Iglesia y el Ejecutivo, durante el encuentro que mantuvieron el pasado sábado en Valencia, según revelaron ayer a «Efe» altas fuentes vaticanas. Estas mismas fuentes afirmaron que Zapatero defendió, durante la conversación que mantuvo con el Santo Padre, el matrimonio entre homosexuales y Benedicto XVI se lo rebatió con una argumentación «antropológica de derecho natural».

Al encuentro, celebrado en la tarde del pasado sábado en el palacio arzobispal de Valencia, el jefe del Gobierno español acudió acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa, y la vicepresidenta del gabinete, María Teresa Fernández de la Vega. Benedicto XVI y Rodríguez Zapatero hablaron a solas durante unos diez minutos. Como se esperaba, el punto principal de la entrevista fue la familia y el matrimonio. Zapatero defendió ante el Papa la ley de matrimonios entre homosexuales como «un derecho» de esas personas.

La conversación sirvió para repasar diversas cuestiones de actualidad calificadas de «muy importantes» por el Gobierno español, como el futuro de Europa, la familia, la inmigración, la situación en África y la paz.

Benedicto XVI, añadieron las fuentes vaticanas, «rebatió» a Rodríguez Zapatero los conceptos sobre las uniones homosexuales «con una lección de antropología, de derecho natural», en la que defendió que no sólo es la Iglesia la que defiende el matrimonio entre un hombre y una mujer, sino que es algo que ya estaba en el derecho natural mucho antes de la llegada de Jesucristo.

La conversación se desarrolló en un ambiente sereno y cordial, lo que no impidió, subrayaron las fuentes del Vaticano, que el Pontífice expresara «y defendiera con firmeza» las razones que llevan a la Iglesia a proteger la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer y rechazar «otros tipos de uniones».

Tras hablar en privado el Papa y Rodríguez Zapatero, se incorporó a la audiencia la vicepresidenta Fernández de la Vega. El Papa «deseaba» conocer a la persona que se encargará de las relaciones Iglesia-Estado.

Benedicto XVI, al saludarla, le dijo sonriendo y con cordialidad: «Así que usted es la persona encargada de las relaciones entre el Vaticano y el Gobierno español». La vicepresidenta, sonriente y mirando al presidente del Gobierno, que estaba entre ambos, dijo que sí y añadió que el líder socialista le había dado instrucciones para «solucionar» todos los problemas que comparten la Iglesia y el Estado español, que, afirmó, «son muchos». Benedicto XVI le respondió: «Problemas no nos faltan, esperamos encontrar la solución».

María Teresa Fernández de la Vega, que cuando fue presentada al Papa le dijo que estaba «encantada» de saludarle y en varios momentos éste les dio las gracias, regaló al Papa un ejemplar facsímil del «Libro de horas» de Leonor de la Vega. El obispo de Roma, gratamente sorprendido, exclamó: «Sí, qué bien», y obsequió a la vicepresidenta con un rosario. Zapatero explicó al Papa que Leonor era la hermana del poeta del siglo XVI Garcilaso de la Vega. El encuentro fue cordial y distendido.
María Teresa Fernández de la Vega aseguró ayer que la presencia de Benedicto XVI en España ha puesto de manifiesto que es posible establecer una relación respetuosa «sin perjuicio de que puedan manifestarse legítimas discrepancias». La Vicepresidenta recordó que «el respeto a la diferencia, a la libertad ideológica y de culto constituye una de las señas de identidad de la democracia».
Las críticas le llovieron al Gobierno del PP. Su secretario general, Ángel Acebes, afirmó que Zapatero, con su ausencia en la misa y en la despedida en el aeropuerto, demuestra «una falta de educación clarísima» y ha dado ante el mundo «una imagen de presidente del Gobierno de tercera». Acebes ve en esta actitud del Presidente una «intención» de «ofender y provocar a los católicos». Por su parte, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, del PP, acusó al Ejecutivo español de mantener la tensión y la crispación con la Iglesia católica, institución con la que considera fácil mantener una buena relación. En declaraciones a Onda Cero, Camps dijo que el porcentaje más amplio del millón y medio de personas que se dieron cita en Valencia durante el pasado fin de semana, eran españoles. En su opinión, la ausencia de Zapatero en la misa «no tuvo mucho sentido», aunque «él sabrá por qué no fue».

Información extraida de: Lne

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