02 abril 2006

ADOPCIÓN GAY, UN PROCESO LEGAL PERO COMPLICADO



Actualmente, sólo cuatro comunidades autónomas en España permiten a las parejas de hecho homosexuales iniciar trámites para adoptar



Todos son pareja. De hecho o matrimonio. Pero a la hora de la verdad, su unión sobre un papel o ante un juez no siempre facilita los trámites.

Actualmente, sólo cuatro comunidades autónomas en España permiten a las parejas de hecho -no matrimonios- homosexuales iniciar trámites de adopción: Navarra, País Vasco, Aragón y Cataluña.

En el resto de España, la normativa vigente en la Comunidad Valenciana, Madrid y Canarias rechaza explícitamente la adopción y el acogimiento; mientras que Asturias, Andalucía, Extremadura y Baleares permiten sólo la acogida.

Las cuatro primeras son comunidades con leyes "de máximos", explica Pedro Zerolo, concejal del Ayuntamiento de Madrid y secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG del PSOE, cuyas normativas contrastan con otras como la de Madrid, que "no permite nada. Ni acogimiento, ni adopción conjunta, ni consideración de la pareja como una unidad familiar".

En esas comunidades "de máximos", muchas veces la forma más fácil de maternidad para una pareja lesbiana es que una de ellas tenga un hijo biológico, y que la otra lo adopte. Es lo que se conoce como adopción matrimonial, y que Zerolo define como un trámite sencillo, corto.

Ricard de la Rosa, abogado especializado en familia, explica que "según el Código de Familia de Cataluña, si demuestras que eres matrimonio o pareja de hecho, y siempre que la madre biológica esté de acuerdo, no debe haber grandes problemas. Pero muchos jueces me han exigido certificados de antecedentes penales, de ingresos y médicos. Es decir, lo que te piden para una adopción común". ¿La justificación del juez? "Ninguna. Sólo dicen 'aporte esto o no continuamos con el proceso'".

Zerolo lo confirma. "Es cierto que en algunos registros puede haber funcionarios y jueces que pongan impedimentos a parejas gays, aunque no es la tónica general", puntualiza. Por eso, reivindica, hay que denunciar "de inmediato" esos casos. "Ahora que hemos alcanzado la igualdad formal, falta la material", concluye.

En el caso de los hombres, que no tienen posibilidad de tener hijos propios, el asunto se complica más. Las adopciones casi siempre son internacionales, ya que hay pocos niños españoles, "pero no hay países que permitan la adopción por parte de gays. Brasil sí, pero en la práctica pone mil trabas", dice De la Rosa. Así que al final "el recurso es disfrazar el proceso como una adopción individual" e iniciar los mismos trámites que una pareja de mujeres. En eso sí que hay igualdad.

La primera en regular el derecho a la adopción por parte de parejas de hecho gays fue Navarra. Después vinieron los vascos (2003) y los aragoneses (2004). La última fue Cataluña, cuyo Parlamento aprobó, hoy hace un año, la reforma legislativa que lo permitía.

El caso de Montse y María

Después de cinco años juntas y cuatro de convivencia, Montse Inglés y Maria Gassó decidieron ampliar su familia. Así que Maria se sometió a un proceso de inseminación artificial y, el pasado 26 de febrero, nació Júlia.


Las dos se habían casado el 16 de diciembre de 2005, en el juzgado de Vilafranca, en Barcelona. "Pensamos que así sería más fácil que mi apellido constara en el libro de familia de Júlia -relata Montse-. Pero cuando fuimos al Registro nos dijeron que era lógico y evidente que no podía tener dos madres". Ahora forman un hogar de tres personas y dos libros de familia: uno que dice que son matrimonio, y otro en el que consta que Maria -sólo Maria- y Júlia son madre e hija.


Lo que ambas reivindican no es sólo un apellido: "Una madre tiene unos derechos, y yo quiero tener libre en el trabajo si la niña se pone enferma", así que están tramitando los papeles para que Montse adopte a Júlia. Por eso afirman que la ley que permite adoptar a las parejas homosexuales en Cataluña sólo se nota "a medias", porque tropieza en lo administrativo: "Son casos tan nuevos que las instituciones no saben cómo informar ni por qué vía tirar".

"Joan, no sé por donde empezar", le dijo Maria a su marido el lunes 30 de enero de 1978. "Inténtalo, Maria", le contestó este a su mujer. Éste diálogo ficticio pertenece al libro Dos madres. La historia de una familia casi feliz (Lumen/Empúries) y tiene mucho que ver con la verdadera historia de Muriel Villanueva Perarnau (Valencia, 1976).


A los dos años, Muriel se fue a vivir con su madre y la pareja de ésta, otra mujer. "Un niño se acostumbra a lo que quieras", asegura. No recuerda el momento en que se juntaron sus madres y para ella "la homosexualidad es algo natural". Su padre no puso ninguna traba y "las dejó hacer", algo impensable en aquella época, a finales de los 70.


Su infancia fue como la de cualquier otra niña aunque estuvo marcada por el silencio. Hasta los 16 años, no se lo dijo a nadie. "Ellas han sido muy discretas" y reconoce: "Ahora pensamos que quizás demasiado". Considera que sus dos hermanas de 13 y 16 años (adoptadas por una de sus madres) lo viven de manera diferente ya que ha habido "un salto importante" en estos años.


Explicar su historia "con el corazón en la mano" le ha servido -por fin- para dar voz a los que nunca se les da en este asunto: a los hijos.

Información extraida de: adn

2 comentarios:

Camila Osorio dijo...

Me dirijo a ustedes ante la ignorancia palpitante del asunto. Seguro que la mayoría de ustedes jamás en su vida se han topado con una persona homosexual, no son mejores ni peores, simplemente son iguales que el resto del mundo. Ante su denodada ignorancia les hablaré de mi experiencia en primera persona.

Mi padre y mi madre se casaron hace ya unos 30 años, entonces no existía el divorcio. Un día decidieron tener a una hija y me tuvieron a mí. Nací en 1978 el mismo año en el que se aprobaría más tarde el divorcio. Bueno pues años después ambos se dieron cuenta que no podían seguir viviendo juntos y se divorciaron, yo debía tener apenas 2 años. Al principio fui educada por mi madre, hasta que ella murío en un accidente de coche cuando yo tenía 6 años. Fue entonces cuando mi padre y su pareja se hicieron cargo de mí. Su pareja se llama Alberto es médico, más exactamente pediatra. Pues bien juntos me han educado, me han ofrecido todo lo que han podido, me han dado lo mejor de sí, me han regañado cuando ha hecho falta y sobre todo y ante todo siempre me han hecho saber que me querían con todo el amor que un padre puede tener hacia su hija. Yo jamás tuve ningún problema porque mis padres fueran dos hombres. Seguramente a otras personas les molestó, pero a mí no. Y aunque les parezca increible, no soy homosexual, soy heterosexual casada y con un hijo.

Pues bien preferíria que muchos de ustedes antes de hablar desde la mayor de las ignorancias, tuvieran la decencia de conocer a las persona a las que se les está negando sus derechos, derechos a existir como ciudadanos. Durante mucho tiempo mis padres y yo vivimos con el miedo de si a mi padre biológico le pasa algo a mi me dejaban en un centro y no con mi padre. Pues bien yo no quiero que ninguna otra familia tenga que vivir, haciendo papeles imposibles, buscando fórmulas legales impensables para poder asegurarse que en un futuro los dos padres tendrán los mismos derechos. Gracias a dios jamás pasó nada, y hace tres años mis padres pudieron casarse y regularizar su situación. Y yo me casé al mismo tiempo ya que había decidido que hasta que ellos no se pudieran casar yo no lo iba a hacer”.
Camila osorio

Rafa dijo...

Hola a todos! mi marido y yo estamos esperando el CI, pero ya tenemos todo lo demás preparado para poder adoptar en Brasil. Hemos conseguido a una abogada de Granada que nos lo está llevando todo bastante bien así que os la recomiendo. Mi nombre es Rafa y mi mail rafa.33@hotmail.es,
si tenéis alguna duda no dudéis en escribirme. De todas formas os dejo el nº de la abogada por si preferís contactar con ella directamente y que os informe:



Amparo García- 958222631

Un saludo y suerte!