14 diciembre 2007

En cada aula hay al menos un gay y una lesbiana



Los centros de enseñanza no son percibidos como espacios seguros para adolescentes LGTB (el 76% cree que se les trata injustamente).

Los jóvenes reclaman una mayor educación sexual y el desconocimiento de la realidad LGTB sigue siendo muy elevado.



Actitudes ante la diversidad sexual de la población adolescente de Coslada (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) se ha presentado hoy en el Ayuntamiento de Coslada. Antonio Poveda, presidente de la FELGTB, entidad encargada del estudio, José Ignacio Pichardo, coordinador general del estudio y Belén Molinuevo, investigadora, han presentado junto a María del Rosario Arroyo Lázaro, Concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Coslada, promotora del estudio, la investigación más amplia y completa realizada en España sobre la respuesta de la población adolescente frente a la diversidad afectivo-sexual. La muestra de 4636 jóvenes de edades comprendidas entre los 11 y los 19 años, pertenecientes a siete institutos madrileños y siete canarios (más del 60% de la población adolescente escolarizada), arroja unos resultados sorprendentemente similares entre las dos poblaciones a pesar de los perfiles socioculturales tan diferentes que presentan ambos municipios (en San Bartolomé se encuentra Maspalomas, conocido destino turístico para homosexuales).

Entre los y las encuestados, un 83% se reconoce como heterosexual, pero un 17% duda, no responde, se muestra ambiguo, o se declara abiertamente homosexual. En este último grupo existe mayor grado de acoso escolar (insultos, violencia, rechazo, etc.), y principalmente en el grupo que se declara su orientación hacia personas de su mismo género. Las personas transexuales son las que más rechazo despiertan y las más desconocidas (un 6% de los y las alumnos no sabe qué significa esa palabra).

En la presentación se ha destacado la colaboración de padres, madres y profesores al estudio, y entre todos los chicos y chicas solicitados sólo dos no participaron en el estudio por la negativa de sus progenitores. El 53% de los y las adolescentes creen que su familia les apoyaría en el que caso de que fueran LGTB, aunque el grado de confianza en la amistad, el profesorado o los compañeros y las compañeras les apoyaran es mucho más reducido (31,7%, 25,1% y 8,4%, respectivamente)

Los datos que arroja el estudio son contundentes: el 30% de los jóvenes reconoce haber llevado a cabo acciones homófobas y el 30% de alumnos varones muestra tendencias de fuerte rechazo a la diversidad sexual.

A este respecto, Antonio Poveda, presidente de la FELGTB, ha destacado que la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que ha de tratar la diversidad sexual y de identidad de género, así como la familiar, puede ser de gran ayuda para superar la homofobia en los centros. “La educación puede hacer mucho bien por superar los prejuicios y los mitos”, destacó. “La juventud lgtb no puede desarrollarse plenamente sin un sistema educativo que les hable de su realidad afectivo-sexual, que les provea de referentes positivos, les reconozca a ellos/as mismos/as y a sus familias y les provea de un espacio seguro donde desarrollarse sin miedos ni inseguridades”.

También se habló de la necesidad de referentes LGTB por parte de los y las adolescentes, ya que la discriminación es menor entre los que conocen a personas LGTB en su entorno y una gran mayoría no sabe situar ningún homosexual, bisexual o transexual en la historia o en la literatura. Asimismo hay que destacar cómo sí se reconocen gays en televisión o cine, como es Jesús Vázquez o Boris Izaguirre, pero las únicas lesbianas que reconocen los y las estudiantes son las participantes en Gran Hermano.

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