26 diciembre 2007

Opinión



Jhon Alfredo Pazmiño, como Presidente de Fundación Triángulo Canarias, por la Igualdad Social de gais y lesbianas, ante las declaraciones del Señor Obispo de Tenerife sobre la homosexualidad, publicadas en La Opinión de Tenerife el día 24 de diciembre opina:

"Nos parece rechazable que el Sr. Obispo Álvarez se refiera a las relaciones homosexuales añorando las viejas definiciones de la psiquiatría que la consideraban una enfermedad. El señor obispo parece muy contrariado porque nuestra sociedad ya no le permite seguir discriminándonos. Como contraposición a nuestros tiempos llama a volver a educarnos en la masculinidad y la feminidad, esta confusión de términos (gais y lesbianas también tenemos nuestra masculinidad y feminidad clara), nos hace pensar que el señor obispo añora esa "educación" que ellos han transmitido durante siglos, que no definiríamos como sobre la masculinidad y feminidad, sino como defensa del machismo y sumisión, de la que, por suerte, nos estamos también liberando, y no gracias, precisamente a la Jerarquía Católica.

Por último y en unas declaraciones que se acercan al absurdo, señala que no todas las relaciones se pueden permitir, aduciendo que también hay menores de 13 años que quieren mantener relaciones sexuales y que le han llegado a provocar (habla en primera persona). Comparando la homosexualidad, de nuevo, con el abuso de menores. Resulta que la Jerarquía Católica, desgraciadamente, tiene bastante conocimiento de abusos de menores dentro de su organización, lo cual no parece haberles hecho entender que aunque pueda haber un menor de 13 años que desee una relación con adultos, la sociedad, como conjunto ha decidido que no tienen suficiente madurez para poder tomar esa determinación, y el adulto que no hace caso de esta norma social es duramente reconvenido (como muchos sacerdotes saben bien). Sólo desde la mala fé se puede poner ese ejemplo para aducir que también las relaciones sexuales entre dos adultos, aceptadas y que no hacen mal a nadie, deben ser condenadas. El problema de la Jerarquía Católica es que nos ha tratado siempre como menores de 13 años y cree que nadie, católicos y no católicos, tiene capacidad para decidir sobre su propia vida y que son ellos, los pastores del rebaño, los que nos pueden decir qué podemos y qué no podemos, hacer. Por suerte, señores Obispos, la mayoría del rebaño está cansada de sus dictatoriales mandatos y preferimos seguir las leyes, la constitución, la democracia, la libertad, la tolerancia, el respeto, todas esas cosas que nos hemos ganado, no gracias a ustedes.

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